El Reflujo en el Lactante No Siempre Amerita Licencia. Diario EL MERCURIO, Sociedad cuerpo A, por Cristian González S. Santiago, 10 de Octubre del 2002.
Salud Infantil.
Prácticamente todos los menores tienen algún grado de reflujo, pero solo algunos experimentan ciertas complicaciones que lo hacen patológico y que justifican un permiso maternal.
Cuando hace unos días la Superintendencia de Seguridad Social advirtió acerca del uso inadecuado de licencias medicas entre los trabajadores chilenos, uno de los principales aumentos se observo en los permisos por enfermedad grave del hijo menor de un año.
Datos concretos de un secreto a voces: en la ultima década el gasto en Fonasa, por esta causa, aumento de $523 millones a $8.956 millones, mientras que en las isapres subió de $1.638 millones a $19.885 millones.
En la mayoría de los casos la razón es el reflujo gastroesofágico, un cuadro que en mas de un 90% de los lactantes representa una situación normal."Se caracteriza por la insuficiencia de la unión entre el esófago y el estómago, generalmente por inmadurez del esfínter", cuenta el doctor Melvyn Gabor, jefe de gastroenterología del Hospital Exequiel González Cortes. "El menor ascenso del alimento, que puede llegar al tercio medio o al tercio superior del esófago, provocando regurgitaciones o el síntoma mas importante, que es el vomito".
En ocasiones, también se observa hipo, tos o carraspera por irritación de la laringe.
Como explica el pediatra gastroenterólogo Paul Harris, del Hospital Clínico de la Universidad Católica, este reflujo común, denominado fisiológico, comienza alrededor de la segunda semana de vida, alcanzando su peak alrededor del cuarto mes."Son pequeños sanos, gorditos y felices. Lo que los gringos llaman "happy spitter" (algo así como "vomitador feliz"); vomitan porque deben eliminar el aire que tragan al mamar, al llorar". El problema suele desaparecer en forma lenta y progresiva. "Alrededor de los seis meses, el 75% de los niños mejora".
Por sus características, el reflujo suele no requerir tratamiento, salvo educar a la madre en algunas técnicas de lactancia y medidas posturales. Sin embargo muchos pediatras reconocen que en la practica se otorgan licencias por esta causa como una forma de extender el periodo postnatal y prolongar la lactancia materna.
Motivo de preocupación.
El reflujo puede ser motivo de permisos laborales cuando surgen complicaciones y se vuelve patologico. "El cuadro tiene síntomas de gravedad porque los niños pequeños todavía no tienen un sistema de deglución muy maduro, entonces pueden aspirar el vomito, ocasionando algún problema mayor", precisa la doctora Carmen Bergenfreid, del Hospital González Cortes.
Así lo vivió Elizabeth (32) con su primer hijo: "Todavía no cumplía el mes cuando comenzó a devolver la leche y los vómitos se hicieron súper frecuentes. Lo que mas me preocupaba es que el niño no subía de peso". De hecho, las nutricionales son unas de las complicaciones asociadas. A ellas se unen las de tipo pulmonar - al devolver la leche se desvía a la vía aérea, favoreciendo una neumonía, bronconeumonía o una apnea (interrupción de la respiración) -, las esofágicas (de tanto vomitar se daña el esófago, lo que puede provocar sangramientos, irritabilidad, dolor e incluso anemia) y las otorrinolarigologicas (irritación de la faringe o laringe).
Según el doctor Gabor, hasta un 30% de los menores puede tener un reflujo patológico, pero el doctor Harris precisa que este normalmente acompaña a los niños con enfermedades graves como daños neurológicos o enfermedades cardiovasculares, renales o pulmonares.
Si el reflujo es importante, "hasta los seis meses preferimos dar una licencia, por la inmadurez del niño y el riesgo de aspiración u otra patología", cuenta el doctor Gabor. "Luego entran otras consideraciones: si el reflujo no ha tenido complicaciones, no es necesario".
Exámenes como radiografías, endoscopías y cintigrafías se utilizan para ver el estado del esófago y el pulmón, por ejemplo, y para descartar lesiones estructurales u otras patologías que producen síntomas similares al reflujo (alergias del tubo digestivo, enfermedades metabólicas, endocrinas, etc.).
El tratamiento - que a veces se acompaña de fármacos antiácidos -, considera corregir problemas de lactancia (dar pecho materno, y no relleno, en pequeños volúmenes para evitar la distensión gástrica), medidas posturales (levantar la cabecera de la cuna en 30 grados) y evitar acciones que puedan facilitar el vomito, como tomarlo en brazos cuando acaba de mamar.
Pretexto Materno
En un porcentaje importante de los casos, el reflujo tiene una evolución favorable y dentro de la normalidad del proceso de desarrollo.
No obstante, en los últimos años es usual conseguir licencia por este motivo, con el propósito principal de prolongar la lactancia materna. "Se abusa, sobre todo entre médicos no especialistas", aclara el doctor Melvyn Gabor. "En forma frecuente es la madre quien lo solicita o a veces el medico general refiere al especialista", agrega el doctor Paul Harris.
Al respecto la doctora Carmen Bergenfreid comenta que la presión de los padres también obedece a que algunas salas cunas no aceptan a niños con reflujo por el problema legal: "Temen posibles demandas en caso que el menor se ahogue o tenga una complicación mayor".
A juicio del doctor Harris, "se trata de un asunto que va mas allá del ámbito medico. El que una madre quiera permanecer mas tiempo con su hijo es un problema social. La Sociedad Chilena de Pediatría esta promoviendo un postnatal mas prolongado, sobre todo para apoyar la lactancia y los beneficios asociados a ella. Pero no hay que confundir el objetivo, y el reflujo gastroesofágico no puede ser un pretexto para eso.